Resistiré (psicológicamente) al estado de alarma (II)

Resistiré (psicológicamente) al estado de alarma (II)

 

¿Cómo podemos afrontar esta situación excepcional? ¿Qué podemos hacer para sentirnos mejor?

 

Humbelina Robles Ortega –Psicóloga

 

Querido amigo, querida amiga

Como decíamos ayer, vivir una situación de confinamiento y perder tantas cosas de golpe, no es fácil de llevar. Sin embargo, no es inevitable que nos tengamos que sentir mal. Decía el filósofo griego Epicteto,

«Los hombres no se perturban por las cosas, sino por la opinión que tienen de éstas.”

Epicteto

Vamos a intentar afrontar lo que está sucediendo de forma que podamos amortiguar su impacto negativo en nuestro día a día. ¿Qué podemos hacer?

 

Estar en contacto con tu familia y amistades.

Os recuerdo la importancia que tiene el apoyo social, y más en los malos momentos. Confinamiento no significa aislamiento. Estar confinados no significa que tengamos que estar solos/as. Afortunadamente vivimos en una época en que la tecnología nos acerca a las personas, nos acerca al mundo, aunque sea de forma virtual.

Existe el teléfono: llama a las personas que valoras y diles que te acuerdas de ellas, que están en tu memoria y en tu corazón. Existen los correos electrónicos: ponte en contacto con las personas que quieres. Las redes sociales nos permiten acercarnos a los demás. Se trata de fomentar el contacto con las personas que son importante para tí. Y si podemos utilizar las video-llamadas, mejor que mejor: el poder ver la cara de las personas con las que hablamos, nos puede hacer sentir mejor.

 

Si estás confinado en familia

Aprovecha el tiempo para disfrutar de tu pareja y de tus hijos. Dicen algunos estudios que después de las vacaciones (periodo en el que hemos estado todo el día con nuestra pareja), el número de demandas de divorcio aumentan. ¿Es posible que este periodo de confinamiento pueda dar lugar a numerosos conflictos con nuestra pareja e incluso con el resto de la familia?

Sí, es posible que surjan discusiones, disparidad de criterios, conflictos. Es normal. Existen muchas formas de ver las cosas, y tendemos a pensar que nuestra forma de ver las cosas es la mejor, e incluso que es la única.

 

Actitud

Así que, si queremos que estas semanas no se conviertan en un infierno, todos tenemos que poner de nuestra parte. Vamos a intenta adoptar una actitud paciente, tolerante, flexible y constructiva. Es normal que podamos estar un poco nerviosos/as.  Vamos a intentar comprender y aceptar que, si nosotros estamos un poco nerviosos, nuestra pareja, nuestros padres o nuestros hijos, también pueden estar un poco nerviosos.

Por otra parte, dado que los días pueden hacerse largos, y la reclusión, durar varias semanas, es importante gestionar bien nuestro tiempo: Vamos a intentar compartir parte de nuestro tiempo haciendo actividades con nuestra pareja (un tiempo para nosotros como pareja), un tiempo para realizar actividades con nuestros padres e hijos.

Pero también reservar un tiempo para nosotros solos, es decir, tener un tiempo para respirar, para establecer nuestro espacio y encontrar un ocio personal.

 

Valorar el tiempo

Vamos a valorar la importancia de tener tiempo. Antes de que comenzara el estado de alarma, ¿alguna vez que has quejado de no tener tiempo para hacer cosas que consideras importantes, pero que tu ritmo de vida, de trabajo, de responsabilidades no te permitía realizar?

Seguramente sí. Y seguramente, en numerosas ocasiones te has quejado de no tener tiempo. Pues curiosamente, la vida da muchas vueltas, y de pronto, la mayoría de nosotros/as nos encontramos con tiempo. ¡Qué suerte! Decía mi querido Jose Luis Sampedro, escritor, que:

“El tiempo no es oro; el oro no vale nada.El tiempo es vida.”

J.LSampedro

Piensa que, de pronto, nos encontramos con un extra de vida.  ¡Vamos a aprovecharla!!  Vamos a sacarle todo el jugo que podamos.  Es cierto que el estar recluidos en casa, nos limita todo aquello que podríamos hacer con este tiempo extra.  No podemos salir, no podemos ir a darnos un paseo por los lugares que nos gustan, no podemos quedar con los amigos, para disfrutarnos mientras nos tomamos un café o un helado, no podemos ir al cine, … ¡no podemos hacer tantas cosas!  Pero no es el momento de fijarnos en lo que no podemos hacer, sino de fijarnos en lo que SI PODEMOS HACER (quizás tengamos que recurrir a nuestra creatividad).

 

Ser creativos

Es el momento de ser creativos. ¿Y qué cosas podemos hacer en casa?  Miles de cosas: Desde arreglar los armarios o las macetas, hasta cocinar esa comida que nos sale tan rica, pero que requiere tiempo para que se cueza a su amor. Es el momento de tocar el instrumento de música que tenemos guardado en el armario, es el momento de leer los libros que nos regalaron pero que, por falta de tiempo, no los hemos leído todavía. 

Es el momento de ver fotos antiguas. Es el momento de ponerte a escribir tu historia (biografía), o de componer un poema, o de pintar un cuadro (antes lo hacías, pero la falta de tiempo hizo que lo dejaras), es el momento de hacerte un jersey (de punto), de manualidades, de aprender yoga (hay muchos vídeos en internet), de aprender inglés, de ver películas, de …. ¡tantas cosas!! Ver la televisión, está bien, pero pasar todo el día delante del televisor, no es la mejor forma de pasar el tiempo.

Aprovecha tu tiempo, aprovecha tu vida. Y por supuesto, no olvides practicar ejercicio (desde la Asociación, Marta nos indica, cada día, ejercicios beneficiosos para nuestra salud).

Seguiremos hablando de qué podemos hacer para reducir el impacto negativo del presente periodo de reclusión. ¡Saludos!

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