El regreso al trabajo después de un infarto de miocardio (IM) representa un indicador importante de recuperación. Sin embargo, el IM puede hacer que los pacientes sientan presión, soledad e inferioridad durante el trabajo e incluso desapego del empleo después de regresar al trabajo, lo que puede afectar su calidad de vida.
En la actualidad, la intervención coronaria percutánea (ICP) se ha utilizado ampliamente en el tratamiento del infarto de miocardio, aliviando eficazmente los síntomas relacionados y acortando el período de recuperación. La ICP mejora el pronóstico de los pacientes y facilita su reincorporación a la sociedad antes, maximizando así su calidad de vida. Esto es particularmente importante para los pacientes jóvenes con infarto de miocardio, cuya incidencia experimentó un aumento significativo en los últimos años. De hecho, como componente principal de la productividad social, el regreso al trabajo es la clave para restaurar la autoestima y la confianza en uno mismo.
¿Qué significa regresar al trabajo?
Podemos definir el regreso al trabajo como el de las personas que estaban empleadas antes de la enfermedad y que vuelven al mismo sin una ausencia prolongada. La rehabilitación ocupacional y la reintegración son los objetivos finales de la rehabilitación cardíaca (RC), que es una importante estrategia de prevención secundaria para las enfermedades cardiovasculares. Como bien se reconoce, la rehabilitación eficaz no solo puede reducir la carga económica de la sociedad, la familia y las personas, sino que también sirve como indicador del regreso a la vida normal. Incluso la rehabilitación exitosa en el lugar de trabajo es de vital importancia para la rentabilidad dentro del campo de la medicina.
Seguramente, mantener una buena calidad de vida después de regresar al trabajo es crucial para que los pacientes puedan hacer frente a la presión laboral y coordinar el conflicto entre el trabajo y el tratamiento. Teniendo esto en cuenta, para ayudar a los pacientes a volver a la sociedad y fortalecer las funciones sociales a largo plazo, un tratamiento exitoso y eficaz del infarto de miocardio no solo debe centrarse en prolongar la vida, sino también prestar atención a la la calidad de la misma después de regresar al trabajo.
La tasa de regreso al trabajo después de un IM es bastante alta. Como lo demuestra un estudio reciente, aproximadamente del 63 al 94 % de los pacientes optaron por regresar al trabajo después de un IM dentro de los 6 meses. Sin embargo, como evento traumático que es, el IM podría afectar negativamente la calidad de vida de los pacientes tanto física como mentalmente, lo que provocaría una mala inserción en el lugar de trabajo (es decir, retraso en el regreso al trabajo, aumento de las bajas por enfermedad, ausencias o incluso despidos o renuncias).
Se ha observado que, los pacientes que regresaron al trabajo después de un infarto de miocardio podrían verse afectados por una función cardíaca deteriorada (es decir, angina o insuficiencia cardíaca), lo que resulta en una actividad física limitada. Por otro lado, los pacientes que regresan al trabajo tienen más probabilidades de verse afectadas por trastornos mentales como depresión, ansiedad y experimentar estrés continuo, soledad e inferioridad. De hecho, estadísticamente, solo pocas personas que regresaron al trabajo después de un IM pudieron continuar con sus tareas normalmente.
Los estudios
La calidad de vida de los pacientes podría verse afectada por varios factores. Algunos investigadores han demostrado que las razones podrían ser la baja autoeficacia, el manejo insuficiente de la enfermedad y la mala comunicación. Además, se observó que la edad y el estado de la enfermedad desempeñaron un papel fundamental.
Aunque se han realizado varios estudios, aún es necesaria una mayor investigación de este tema. En primer lugar, no se han explorado los factores clave que contribuyeron a la recuperación física, psicológica y social de los pacientes, aunque se han registrado problemas físicos y psicológicos (motivos de una mayor presión laboral y barreras psicológicas sociales). En segundo lugar, no se han investigado las razones que subyacen a la disminución de la calidad de vida del paciente.
Dada la naturaleza crónica del IM, es imperativo identificar los factores clave, especialmente los manejables mediante orientación e intervención. Por primera vez, un estudio actual, realizado por los científicos Ruofei Du, Panpan Wang y otros, investigaron sistemáticamente los factores potenciales que contribuyen o previenen la mejora de la calidad de vida. Esta es la síntesis de los resultados.
Hallazgos
Se encontró que la peor calidad de vida al regresar al trabajo se debe, principalmente, a los siguientes factores:
- Pacientes con afrontamiento personal negativo
- Estilo de vida poco saludable
- Menor acceso a recursos sociales efectivos
- Edad avanzada
- Número de stents instalados
- Comorbilidad
Por el contrario los factores asociados positivamente con la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) fueron:
- Ingreso familiar suficiente
- Tomar el tiempo necesario para regresar al trabajo
- Adhesión del paciente a la rehabilitación
- Comportamientos de vida saludable
- Apoyo social
- Afrontamiento personal
Conclusión del estudio
El estudio concluye que se debe trabajar más para mejorar la CVRS de los pacientes con IM que regresan al trabajo. Sugiere también que en general, un buen comportamiento de vida saludable, suficiente apoyo social y un estilo personal de afrontamiento positivo se relacionan con una mejor calidad de vida.
Por lo tanto, los sistemas de salud deben desarrollar intervenciones específicas y continuas de acuerdo con estos factores para mejorar la CVRS y promover la función social y la productividad a largo plazo. Al mismo tiempo, se debe enfatizar la importancia de la rehabilitación vocacional.
Se espera que los hallazgos de este estudio proporcionen una guía práctica para desarrollar soluciones e intervenciones multidisciplinarias para mejorar aún más los resultados generales del tratamiento del IM.