Estrés
Una situación estresante desencadena una cadena de eventos. Tu cuerpo libera adrenalina, una hormona que hace que tu respiración y ritmo cardíaco se aceleren temporalmente y aumente tu presión arterial. Este es un mecanismo normal de supervivencia, ya que te prepara para la lucha o la huida.
Sin embargo, cuando el estrés es excesivo o continuo comienzan los problemas. La respuesta de tu cuerpo al estrés puede ser un dolor de cabeza, tensión en la espalda o dolores de estómago. El estrés también puede agotar tu energía, causar estragos en tu sueño y hacerte sentir malhumorado, olvidadizo y fuera de control.
¿Cómo afecta el estrés al corazón?
Se necesita más investigación para determinar cómo el estrés contribuye a la enfermedad cardíaca. Pero si se sabe que el estrés puede afectar los comportamientos y los factores que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca: presión arterial alta y niveles de colesterol , fumar , inactividad física y comer en exceso. Algunas personas pueden optar por beber demasiado alcohol o fumar cigarrillos para «manejar» su estrés crónico, sin embargo, estos hábitos pueden aumentar la presión arterial y dañar las paredes de las arterias.
Cuando el estrés es constante, tu cuerpo permanece en tensión durante días o semanas. Aunque el vínculo entre el estrés y la enfermedad cardíaca no está claro, el estrés crónico puede hacer que algunas personas beban demasiado alcohol, lo que puede aumentar su presión arterial y dañar las paredes de las arterias.
¿Qué puedes hacer para controlar el estrés?
Cambiar tu estilo de vida de manera positiva y sana puede ayudarte a sentirte mejor y a ser capaz de hacer frente a algunas de las demandas que se te imponen. Una dieta equilibrada y una actividad física regular te ayudarán a sobrellevar el estrés.
Algunas personas encuentran que la actividad física , el yoga u otras técnicas de relajación pueden ayudar. Podrías hacer una lista de cosas que te ayuden a relajarte y programar al menos una todos los días.
También podría ayudarte tratar de identificar las situaciones que te hacen sentir estresado en casa o en el trabajo y, a partir de ahí, tratar de evitarlas en todo lo posible.
Como último consejo, no dejes de hablar con tu médico de cabecera, quien podrá ayudarte a decidir cuál es la mejor manera de enfrentar el estrés.